Anatomía masculina
Los órganos genitales
masculinos están formados por el pene, los testículos, el escroto, la próstata
y las vesículas seminales.
El
pene está formado por dos cuerpos cavernosos, que forman el dorso y los lados,
y el cuerpo esponjoso, que contiene la uretra. El cuerpo esponjoso se ensancha
en el extremo distal para formar el glande y unos 2 mm por debajo de su
punta se encuentran el orificio
uretral.
El prepucio cubre normalmente el glande,
salvo cuando el paciente ha sido circuncidado. Entre ambos se produce un
material sebáceo, de aspecto blanquecino y maloliente, llamado esmegma.
El escroto está dividido en la mitad por
un tabique que conforma dos bolsas que contienen los testículos con sus correspondientes epidídimos. Por encima de los
testículos se identifican los cordones
espermáticos que están formados
por los conductos deferentes, los vasos sanguíneos arteriales y venosos y
fibras del músculo cremasteriano.
Los testículos son glándulas
ovoideas que miden unos 4 cm de eje mayor. En su parte superior y
posterolateral se ubica el epidídimo que cumple una función de depósito y sitio
de tránsito y maduración de los espermios. El conducto deferente nace en la
cola del epidídimo, asciende por el cordón espermático, atraviesa el conducto
inguinal y se une con las vesículas seminales para formar el conducto
eyaculador que llega a la uretra a nivel de la próstata. El semen está formado
por los espermios más las secreciones de los conductos deferentes, las
vesículas seminales y la próstata.
La próstata es una glándula como una castaña que
rodea la uretra y el cuello de la vejiga y está formada por dos lóbulos
laterales y un lóbulo medio. Mediante el tacto rectal es posible palpar los dos
lóbulos laterales separados por un surco en la mitad.
El drenaje linfático del pene
y del escroto se efectúa hacia los ganglios inguinales, y el de los testículos,
hacia los ganglios intraabdominales.
Examen de
genitales externos masculinos
El examen de genitales
externos masculinos se lleva a cabo al mismo tiempo que el de las regiones
inguinal y crural. Hay que explorar al
paciente con buena luz, y si es de posible tanto de pie como acostado. La localización
anatómica precisa de cualquier anomalía es el mejor dato para su identificación,
por tanto, es muy importante recordar la anatomía de la región.
Técnica de examen
El examinador
observara el desarrollo de los genitales, la distribución del pelo pubiano, la
presencia y forma de cualquier masa visible. En la piel se buscaran cicatrices,
excoriaciones, infecciones micoticas y fístulas.
Luego se
indica que tosa mientras el examinador vigila la región del conducto crural, el
anillo inguinal externo y el anillo inguinal interno en busca de la profusión
indicadora de una hernia. Se indica al paciente que exteriorice el glande y se
examinara este y el prepucio en busca de cicatrices, balanitis, chancros o erosión.
La fimosis es la presencia de un prepucio largo con orificio estrecho que
impide el desplazamiento normal del prepucio en ambos sentidos. La parafimosis
se produce cuando un prepucio fimotico estrecho se retrae y no puede volver a
su posición inicial.
Palpación
del escroto y su contenido
El
examinador debe palpar escroto y testículo, levantándolos con una mano mientras
palpa con la otra. Obsérvese la presencia de ambos testículo, consistencia del
color espermático y la forma característica del epidídimo.
Lesiones
del escroto
Hidrocele:
Una masa no
reductible, densa, difusa, ligeramente fluctuante, muy permeable a la luz,
suele ser hidrocele.
Quiste del
epidídimo: por
trasluminacion, un pequeño quiste del epidídimo aparece como nódulo tenso bien
circunscrito y no reductible situado en la parte posterior del testículo. Puede
ser lobulado y hallarse a cualquier nivel del epidídimo, desde el polo superior
hasta el inferior.
Espermatocele: se trata de una hinchazón
indolora, bien localizada situada en la parte posterior del testículo a lo
largo del epidídimo.
Epididimitis: es una inflamación del epidídimo muy dolorosa y se relaciona con
infecciones urinarias o de la próstata. Existen epididimitis de evolución
crónica que se relacionan con infecciones como la tuberculosis.
Varicocele: corresponde a dilataciones varicosas de las venas del plexo pampiniforme
del cordón espermático. Se observa más frecuente en el lado izquierdo, estando
el paciente de pie. Puede asociarse a una disminución de la fertilidad.
Criptorquidia: es una condición en la que un testículo no logró descender a la bolsa
escrotal y quedó en el canal inguinal o dentro del abdomen. Estos testículos se
atrofian y con el tiempo tienen mayor tendencia a desarrollar un cáncer.
Torsión
testicular: es una urgencia quirúrgica en la que el testículo gira
sobre su eje y puede llegar a comprometer la circulación de la glándula. El
testículo se ve retraído y la palpación es extremadamente dolorosa.
Orquiepidimitis:
Presenta inflamación, hinchazón y dolor. Se debe a: cirugía reciente, inyección de las
vías urinarias.
Mejoría al levantar e inmovilizar el
escroto.
Tumor testiculo:
Testículo aumentado de tamaño, es irregular
y presenta variación de volumen.
Hernias:
Es la protrusión del peritoneo parietal,
de un órgano o de un tejido fuera de la cavidad del cuerpo en
que está alojado normalmente.
Examen de Próstata
La próstata se evalúa
mediante el tacto rectal.
La próstata normal se debe
palpar como una glándula de superficie lisa y consistencia elástica que
protruye discretamente hacia el lumen rectal. Debe ser posible identificar los
dos lóbulos laterales. Las vesículas seminales frecuentemente no son palpables
por estar en la parte de más arriba.
Con la edad, la glándula
tiende a crecer y también aumenta la protrusión hacia el lumen del recto; el
surco en la línea media se vuelve más difícil de identificar. Si se palpan
nódulos duros e irregulares se debe pensar en la presencia de un cáncer.
Los programas de detección
precoz de cáncer prostático recomiendan efectuar un examen anual en forma
rutinaria pasados los 50 años, o antes, si existen antecedentes de cáncer en
familiares cercanos. Los métodos más usados para evaluar la glándula son el
tacto rectal y la determinación del antígeno prostático específico.
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