martes, 21 de agosto de 2012

Examen Genital masculino



Anatomía masculina



Los órganos genitales masculinos están formados por el pene, los testículos, el escroto, la próstata y las vesículas seminales.

El pene está formado por dos cuerpos cavernosos, que forman el dorso y los lados, y el cuerpo esponjoso, que contiene la uretra. El cuerpo esponjoso se ensancha en el extremo distal para formar el glande y unos 2 mm por debajo de su punta se encuentran el orificio uretral.

El prepucio cubre normalmente el glande, salvo cuando el paciente ha sido circuncidado. Entre ambos se produce un material sebáceo, de aspecto blanquecino y maloliente, llamado esmegma.
El escroto está dividido en la mitad por un tabique que conforma dos bolsas que contienen los testículos con sus correspondientes epidídimos. Por encima de los testículos se identifican los cordones espermáticos que están formados por los conductos deferentes, los vasos sanguíneos arteriales y venosos y fibras del músculo cremasteriano.

Los testículos son glándulas ovoideas que miden unos 4 cm de eje mayor. En su parte superior y posterolateral se ubica el epidídimo que cumple una función de depósito y sitio de tránsito y maduración de los espermios. El conducto deferente nace en la cola del epidídimo, asciende por el cordón espermático, atraviesa el conducto inguinal y se une con las vesículas seminales para formar el conducto eyaculador que llega a la uretra a nivel de la próstata. El semen está formado por los espermios más las secreciones de los conductos deferentes, las vesículas seminales y la próstata.

La próstata es una glándula como una castaña que rodea la uretra y el cuello de la vejiga y está formada por dos lóbulos laterales y un lóbulo medio. Mediante el tacto rectal es posible palpar los dos lóbulos laterales separados por un surco en la mitad.
El drenaje linfático del pene y del escroto se efectúa hacia los ganglios inguinales, y el de los testículos, hacia los ganglios intraabdominales.

Examen de genitales externos masculinos

El examen de genitales externos masculinos se lleva a cabo al mismo tiempo que el de las regiones inguinal y crural.  Hay que explorar al paciente con buena luz, y si es de posible tanto de pie como acostado. La localización anatómica precisa de cualquier anomalía es el mejor dato para su identificación, por tanto, es muy importante recordar la anatomía de la región.

Técnica de examen

El examinador observara el desarrollo de los genitales, la distribución del pelo pubiano, la presencia y forma de cualquier masa visible. En la piel se buscaran cicatrices, excoriaciones, infecciones micoticas y fístulas.
Luego se indica que tosa mientras el examinador vigila la región del conducto crural, el anillo inguinal externo y el anillo inguinal interno en busca de la profusión indicadora de una hernia. Se indica al paciente que exteriorice el glande y se examinara este y el prepucio en busca de cicatrices, balanitis, chancros o erosión. La fimosis es la presencia de un prepucio largo con orificio estrecho que impide el desplazamiento normal del prepucio en ambos sentidos. La parafimosis se produce cuando un prepucio fimotico estrecho se retrae y no puede volver a su posición inicial.

Palpación del escroto y su contenido




El examinador debe palpar escroto y testículo, levantándolos con una mano mientras palpa con la otra. Obsérvese la presencia de ambos testículo, consistencia del color espermático y la forma característica del epidídimo.

Lesiones del escroto

Hidrocele: Una masa no reductible, densa, difusa, ligeramente fluctuante, muy permeable a la luz, suele ser hidrocele.


Quiste del epidídimo: por trasluminacion, un pequeño quiste del epidídimo aparece como nódulo tenso bien circunscrito y no reductible situado en la parte posterior del testículo. Puede ser lobulado y hallarse a cualquier nivel del epidídimo, desde el polo superior hasta el inferior.



Espermatocele: se trata de una hinchazón indolora, bien localizada situada en la parte posterior del testículo a lo largo del epidídimo.


Epididimitis: es una inflamación del epidídimo muy dolorosa y se relaciona con infecciones urinarias o de la próstata. Existen epididimitis de evolución crónica que se relacionan con infecciones como la tuberculosis.

Varicocele: corresponde a dilataciones varicosas de las venas del plexo pampiniforme del cordón espermático. Se observa más frecuente en el lado izquierdo, estando el paciente de pie. Puede asociarse a una disminución de la fertilidad.



Criptorquidia: es una condición en la que un testículo no logró descender a la bolsa escrotal y quedó en el canal inguinal o dentro del abdomen. Estos testículos se atrofian y con el tiempo tienen mayor tendencia a desarrollar un cáncer.




Torsión testicular: es una urgencia quirúrgica en la que el testículo gira sobre su eje y puede llegar a comprometer la circulación de la glándula. El testículo se ve retraído y la palpación es extremadamente dolorosa.




Orquiepidimitis:
Presenta   inflamación, hinchazón y dolor. Se debe a: cirugía reciente, inyección de las vías urinarias.
Mejoría al levantar e inmovilizar el escroto.


Tumor testiculo:
 Testículo aumentado de tamaño, es irregular y presenta variación de volumen.


Hernias:

Es la protrusión del peritoneo parietal, de un órgano o de un tejido fuera de la cavidad del cuerpo en que está alojado normalmente.




Examen de Próstata

La próstata se evalúa mediante el tacto rectal.
La próstata normal se debe palpar como una glándula de superficie lisa y consistencia elástica que protruye discretamente hacia el lumen rectal. Debe ser posible identificar los dos lóbulos laterales. Las vesículas seminales frecuentemente no son palpables por estar en la parte de más arriba.
Con la edad, la glándula tiende a crecer y también aumenta la protrusión hacia el lumen del recto; el surco en la línea media se vuelve más difícil de identificar. Si se palpan nódulos duros e irregulares se debe pensar en la presencia de un cáncer.
Los programas de detección precoz de cáncer prostático recomiendan efectuar un examen anual en forma rutinaria pasados los 50 años, o antes, si existen antecedentes de cáncer en familiares cercanos. Los métodos más usados para evaluar la glándula son el tacto rectal y la determinación del antígeno prostático específico.
La próstata puede presentar inflamaciones agudas de tipo séptico (prostatitis aguda) y, eventualmente, desarrollar una colección purulenta (absceso prostático). En esos casos, la glándula está aumentada de tamaño y es muy sensible a la palpación.


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